Cuenca ciudad universitaria




Fernando Ortiz Vizuete

La declaratoria de “Cuenca ciudad universitaria” conferido por la Asamblea Nacional, incluye el mandato de diseñar y poner en vigencia un Plan Maestro de Desarrollo Humano Sustentable, esto significa delegar a Cuenca una nueva responsabilidad con incidencia nacional.

La declaratoria llega momento de transición nacional. Cuando la gestión de las universidades se enmarca en el proceso evaluación y acreditación. Justamente cuando entró en vigencia la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) mediante la figura jurídica del veto presidencial y no con debate y deliberación, sino mediante el imperio de la ley. Adicionalmente a esto y en medio de muchas deudas económicas gubernamentales, como la denominada “compensación por la gratuidad de la educación”.

Cierto es que Cuenca debe generar su propio modelo de desarrollo y no esperar el determinismo centralista. Sin embargo, hay ataduras que condicionan el accionar universitario, especialmente para las universidades públicas. La LOES y SENPLADES proponen en esencia que las universidades del país desarrollen su trabajo bajo los lineamientos del Plan Nacional de Desarrollo. Esto quiere decir que los proyectos universitarios serán validados y precalificados por SENPLADES. En suma, habrá presupuesto para las universidades siempre y cuando éstas se obliguen bajo las directrices y condicionamientos del Plan Nacional de Desarrollo.

Según la mirada del Secretario Nacional de SENPLADES, René Ramírez, quien dicho sea de paso, hoy por hoy “lleva la voz cantante” en esta materia, considera que los países desarrollados se han impulsado merced a que sus universidades se orientaron y fortalecieron hacia las carreras técnicas, las ingenierías. Este pensamiento rector de las políticas nacionales de educación superior declara cierto desbalance para las carreras sociales y humanistas, cuyo propósito es formar mentes críticas y deliberantes.

La declaratoria de Cuenca ciudad universitaria nos compromete a diseñar y tomar acciones, no solamente en el marco de la tradicional tarea docentista de formar profesionales, sino además, impulsar la generación de conocimientos por la vía de la investigación científica seria y socialmente útil.

La Facultad de Filosofía letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Cuenca ya emprendió en la tarea de preparación para los nuevos tiempos, para los nuevos desafíos. Señalemos algunos criterios que nos guían:

La Universidad de Cuenca es una universidad regional, no por declaratorias genéricas, sino por el reconocimiento pragmático de los jóvenes habitantes del sur del país. La oferta de carreras, tanto en el presente como en el futuro deberán cubrir las demandas profesionales para el sur del país. Cuenca es en la práctica una ciudad capital regional con vocación universitaria, intercultural y turística.

Consideramos además que ningún desarrollo será posible si la educación nacional integralmente no mejora en la calidad. Tanto la educación básica, el bachillerato y la universidad, deben articular un conjunto de conocimientos sólidos, pertinentes, con valores, relacionados con las preocupaciones nacionales y mundiales de hoy. Debemos además producir y desarrollar metodologías y prácticas pedagógicas endógenas. En este contexto, la facultad de Filosofía debe convertirse en el laboratorio de la educación regional, para la formación, investigación y actualización de los docentes como una tarea trascendente, permanente e impostergable.

Por otro lado, la comunicación social en Ecuador que también entró en debate y evaluación a nivel nacional, debe ser replanteada. Quienes miramos con optimismo al futuro pensamos que este momento de crítica, a veces despiadada, a veces real, ha sido necesario para convertir al momento en una oportunidad para construir nuevos horizontes comunicacionales en el país. La redefinición sobre el rol de las universidades en la formación de comunicadores es urgente.

El surgimiento de medios públicos, la convivencia con las nuevas tecnologías de la Información y comunicación y las nuevas normativas en comunicación que saldrán en breve, nos plantean desarrollar otro tipo de trabajo universitario. Las universidades deben dejar de formar periodistas para únicamente llenar el mercado laboral en los medios privados.

Por lo tanto y poniéndonos a tono con los argumentos anteriores, tendremos que propiciar un abanico de ofertas de formación profesional que se sintonicen con las demandas de la sociedad, democraticen la comunicación en el país y garanticen una seguridad laboral de los egresados. Para esto, la preparación de los nuevos profesionales de la comunicación deberá estar debidamente certificada y avalada por un entrenamiento constante, durante toda la etapa formativa en la universidad. Docentes y estudiantes laborando en modernos medios de comunicación universitarios, con la finalidad de lograr un entrenamiento profesional de calidad y excelencia.

Cuenca ciudad universitaria más que un epígrafe es una oportunidad para los grandes desafíos. Se deberá abrir casi inmediatamente nuevas bibliotecas, librerías, salas cines, residencias universitarias, programas de posgrado internacionales, etc. etc.

Y para romper el centralismo y dar muestra de verdaderas buenas intenciones, el régimen debería empezar desconcentrando la educación del país, por ejemplo, ubicando la sede del Consejo Nacional de Educación Superior, y el Ministerio de Educación en la ciudad universitaria, Cuenca ¿verdad?.